Tener en cuenta el plan de parto. A través de un documento remitido al hospital o a la clínica, es posible elegir un plan de parto adaptado a cada mamá. Los profesionales sanitarios están obligados a respetar ciertas decisiones, como la posición en la que se va a dar a luz. (Te interesa: ¿Qué es el plan de parto?)Repasar las respiraciones. Es importante estar bien informada sobre los tipos de respiración más apropiados para cada fase del parto. Si ya las conoces, repásalas. Te ayudarán a reducir el dolor y a relajarte al dar a luz.Dejar lista la habitación del bebé. Si aún no tienes lista su habitación, es un buen momento para ponerte manos a la obra: la cuna, el mueble cambiador, colores cálidos, luz tenue…Un sillón para la lactancia te será muy cómodo para los primeros meses. Practicar los ejercicios de Kegel. Entrenar y tonificar el músculo perineal hace posible aumentar la elasticidad del periné, algo que te ayudará en el momento del parto. Una forma sencilla de practicarlos es contraer los músculos perineales, como si quisieras contener el pis durante cinco minutos, realizando varias series. Dejar comida preparada. Cuando el bebé llegue a casa, toda la atención se centrará en él, por lo que puede ser de gran ayuda, de cara a cuando se acerca el día del parto, dejar comida preparada en el congelador, para tener menos trabajo al regresar a casa con el recién nacido.Tener claro quién estará en la sala de parto. El padre suele ser el elegido para acompañar a la futura mamá en el momento de dar a luz, pero no siempre es así. Ve pensando qué persona de confianza te acompañará en este gran momento.Infórmate de tus derechos. Una vez hayas dado a luz, dispones de 16 semanas de baja maternal, pero también tienes derecho a disfrutar de una hora diaria de lactancia materna, una vez te vuelves a reincorporar al trabajo. Además, tu pareja también disfrutará de un permiso de paternidad.
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